viernes, 9 de enero de 2009

Increíble lucidez

En la vida hay momentos de increíble lucidez, y llegan así, de repente, sin que pase algo, un aviso, una señal, nada, cosas que no sabias, de pronto simplemente lo sabes, y no hay algún factor o alguna señal, nada de eso, simplemente de repente, lo sabes. Ayer fue uno de esos días, en los que simplemente vas caminando por la calle, en la plaza de armas de un lugar cualquiera como diría el buen Enrique Bunbury, y de repente, como de arriba, te llega directo al corazón, o a la cabeza, donde quiera que resida el alma, te llega esa información que habías estado esperando, esa, que por una parte no querías saber, porque definiría el resto de tu andar, y así, sin más tienes que tomar una decisión, seguir adelante, no hay más, es momento de sacar la basura, de limpiar el viejo cajón, de mirar al frente y olvidarte de todo. En verdad que las cosas siempre pasan por algo, yo me encontraba despidiendome de mi ciudad y de mi gente para irme de mi país por un tiempo y exactamente se supone que viajaba ayer, las cosas no salieron como lo esperaba y mi viaje se cambio de fecha, lo que me dio la oportunidad de al terminar de despedirme de mi pueblo querido, viajar a mi segunda patria, con mi familia, mis afectos, y en verdad que esta semana ha sido increíble, no hay remedio mejor para renovar el corazón que la familia, y no me refiero a la familia de todos los días que es tu base y tu sustento, tu camino y tu fuerza, me refiero a esa familia que ves cada tres o cinco años, porque viven en ciudades diferentes, pero que cuando los ves, y cuando estas con ellos es como si hubieran crecido juntos y compartido cada día de sus vidas contigo. Estos es familia para mi! Es como mirarte en el espejo y decir, esto soy yo, y esto me sirve y esto no me sirve, esto quiero, esto no. Es sacar la basura con el enfoque correcto. Es como exfoliarte la piel, puede ser en algunas zonas un poco doloroso, pero a la vez es reconfortante, relajante y hasta divertido. Muchas veces, al pasar tanto tiempo en el mismo lugar y con la misma gente, te vas moldeando y te vas conformando, y vas perdiendo parte de ti... Siempre es bueno volver a tu origen y poder decir, se quien soy y sonreír porque soy la prima chancluda y dormilona, la que se ríe de todos los chistes de los primos más chicos, la que se pasa horas platicando de política con los tíos, la que se acuesta con las tías a ver la novela, la que esta igual de loca que las primas y se pone a ver caricaturas con ellas, la que se va a comprar chácharas de tres pesos al centro en la mañana y por la tarde se va al Palacio de Hierro con las tías, la que igual se come unas memelas en el mercado y en la noche se va a cenar al mejor restaurante de la ciudad, la que platica de los viajes, el trabajo y la vida con los primos y la que platica de los galanes con las primas. Eso soy y mucho más, y no hay mejor lugar para ser todo eso que aquí. Y mi familia es mi brújula, es mi mapa, es mi guia, porque cuando me vaya y este lejos, lo que voy a extrañar de mi tierra va a ser esto precisamente, me voy a extrañar a mi, reflejada en cada uno de ellos. Porque se que me puedo ir una y mil veces, pero el regresar, siempre seguiré siendo la misma que se fue...