domingo, 28 de marzo de 2010

AmaLayú

Me acerque atraída por el hermoso contraste de tu fondo agua marina y tus flores de bugambilia, me recargue contra la pared a contemplar tu belleza, mientras, me sentí cálidamente bienvenida por el susurro del agua cayendo por tu fuente, y me sentí invitada a volver una y mil veces por tu olor a café de olla que inevitable pero timidamente llenaba el lugar, pasado el medio día, el sol se esconde en la pared de atrás, ya no quema su calor y contemplar tu patio llena de luz, vida y música mi corazón. Aquí se encuentran; el viajero incansable que anduvo entre flores zapotecas en el pueblo de la lluvia y el pregonero de Bilbao con sus nueve días de fiesta, se dan la mano y un abrazo como hermanos, y se sientan para compartir la mesa como amigos, porque juntos construyeron un lugar lejos de casa, al que el corazón puede llamar en ambos casos, patria.

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